jueves, 28 de febrero de 2013

Cap VIII

Cap VIII

Nos quedamos mirándonos fijamente y con desagrado… Sinceramente, no se como, Leila logra sacarme de mis casillas y eso desde siempre. Es como si en cuanto nos encontramos algo estallase dentro de mí y me dan ganas de ahorcarla… Bueno, esta bien, estoy exagerando, tampoco tan extremista, pero para que se hagan una idea.
Luego de pasar lo que a mí me pareció una eternidad observándonos, estallamos en una discusión a gritos
-¡¡Tu…café…cosa….blablabla!!- Eso es lo poco que se entiende puesto a que sus gritos se ven opacados por los míos y viceversa. Ahora lo que hago es gritar lo primero que se me ocurra porque se que se confundirá con sus gritos y yo no voy a perder esta batalla, considero que si me callo es dejarle ganar y no pienso dejar que eso ocurra.
- ¡Basta!- grito Gordon ante las miradas curiosas y extrañadas de las otras personas.- Parecen niños- El burro hablando de orejas.
- ¡Eres un idiota!- Concluyo sus gritos Leila cruzándose de brazos muy dignamente.
- ¡Y a mi ni me gusta el kiwi!- grite yo lo primero que se me ocurrió.
-¿Qué?- Pregunto ella incrédula.
- Nada- Enrojecí aun más. ¿¡En serio?! ¿!No me gusta el kiwi?! ¿¡Que tienes que ver eso?!
- No entiendo nada… ¿Por qué su odio?- Inquirío Gordon.
- ¡NO TE IMPORTA!- le gritamos ambos al unísono lanzándole una mirada asesina.
- Bueno, bueno, ya, ya… Bájenle tres a su mal humor- Dijo con su humor pacifico y tranquilo.
Luego, completo silencio, un silencio tenso e incomodo.
-Voy a…- Se quedo pensativo Gordy- Pedir un taxi…- Dijo finalmente huyendo de la situación y se fue.
Después de que se fue Gordon, Leila y yo nos miramos de forma despectiva y con los ojos echando chispas de odio… ¿Todo esto por culpa de un café? No, esto fue desde que la conocí en la fiesta. No nos soportamos y fin de la discusión.
Regreso Gordon
-¿Cómo se supone que aquí se pide un taxi?- Pregunto Gordon.
- Mira, vas por ahí a donde…- Empecé a explicar.
- ya se a donde ir Matthew, solo que no hablo ucraniano…- Bufo y yo puse los ojos en blanco.
-Meni potribno taksi- Dijo Leila… Claro, señorita ‘’Yo se hablar ucraniano y soy muy importante’’. Lo acepto, mi actitud es muy infantil ante esto, pero me molesta que me ganara cada discusión que hemos tenido.
- Ahhhh- Exclamo Gordon comprendiendo- Yo dije: U mene ye arakhis mozku- Leila estallo en carcajadas, bueno, tengo que aceptarlo, tiene una risa bonita, cristalina y cantarina.
- ¿Qué?- pregunto Gordon
- Dijiste que tienes cerebro de maní- Aclaro ella
- Cosa que no es mentira- Agregue yo y Gordon gruño unas palabras, luego se marcho otra vez.
Silencio otra vez…
-Creo que lo mejor será que nos presentemos formalmente- Propuse intentando aligerar las cosas- Estaremos juntos por un buen tiempo y no esta bien que nos comportemos de esta forma… Lleguemos a una especie de tregua- Agregue.
Leila se quedo pensativa pero finalmente asintió y suspiro.
-Leila, Leila Callaway.
-Matthew, Matthew Hams- Estrechamos nuestras manos con desgana, pero en cuanto nuestras pieles rozaron, fue como si el contacto quemara y desencajamos las manos instantáneamente mirándonos de forma analítica.
Llego Gordon.
-Vámonos- Dijo sonriendo, pero en específico, soriéndole a Leila quien se limito a asentir e ignorar la forma en que Gordon babea por ella.

Llegamos al hotel, parece una cabaña grandeen el exterior e interior… Es raro, comparado con las cúpulas hermosas de las construcciones de Ucrania… Este sitio es como si estuviera fuera de lugar el Kiev… Y eso me gusta de cierto modo.
Entramos, yo al ínstate agradecí por un poco de calor, afuera hace demasiado frío y no tengo la ropa adecuada para tales temperaturas… Así que supongo que estoy igual que Gordon, con los labios morados, pálido como la nieve y temblando como despertador.
Leila hablo con la recepcionista y yo como no entiendo ni media palabra, me dedique a contemplar el lugar. Paredes marrones como la madera pero sin ser madera, a diferencia del suelo que si es de madera… Me explico muy mal… Piensen en las cabañas que ponen en los especiales navideños que pasan por la TV… Pero con un poco mas de lujos como las velas que cuelgan del techo elegantemente, encerradas en una especie de capsula de cristal como para proteger la llama de la vela. Hay un largo pasillo por el que se ven muchas puertas, supongo que serán las habitaciones… Hay pocas comparándolo con otroshoteles, ni siquiera hay escaleras. Mientras mas pienso en el asunto, más extraño me resulta este hotel, por lo tanto, tiene mayor atractivo para mí.
-Hams, Hams ¡Matthew!- me regreso a la realidad Gordon.
-¿Qué?
- Ten- me entrego la llave de mi habitación.
- Son tres habitaciones, una para cada uno…- Explico Leila uniéndosenos.
- ¿Cómo puedes pagar esto?- pregunte.
- No es tu problema- me corto y se fue a su habitación…
Finalmente, Gordon y yo tomamos nuestro equipaje y seguimos lo que ella hizo.

Al entrar en mi habitación, observe todo con detenimiento… La pared gris, el suelo de madera,  la única ventana que tiene la habitación, la puerta que da al baño, la cama de sábanas cuadriculadas con unas cobijas dobladas en una esquina… Supongo que para el frío extremo, como ahora. Una mesa de noche y un armario vacío.
Tome de mi maleta una chaqueta la cual conseguí entre todo el enredo de ropa y me la puse intentando soportar mas el frío, luego deje el equipaje a un lado de la puerta, tome un libro y me tire en la cama.
Empecé a leer pero el libro lo termine rápido puesto a que apenas me faltaban veintidós páginas. Luego, me aburrí demasiado… no hay TV, ni computadora, ni móvil… Hablar con Gordon no es una opción, pasar demasiado tiempo con el me esta afectando. Leila obviamente NO…Finalmente, opte por quedarme mirando al techo… No tengo sueño ni hambre así que esto es lo más entretenido que conseguí hacer. Y pensar que tendré que pasar una semana así.

Tres días de siete transcurrieron y como resumen diré que… Fuimos a la Iglesia de  Saint Andrews la arquitectura fina, las cúpulas, los colores, maravilloso… También a la catedral de Mikhailovsky; Gordon babeo y balbuceo cosas sobre Leila que yo contradije todo el tiempo mentalmente… Y Leila…No cumplimos en lo absoluto la tregua, discutimos por cualquier bobada. De hecho, en este mismo instante estamos gritoneándonos a unas calles del hotel.
-¡No fue mi culpa!- Exclame.
-¡Hijo de…- Como que se reprimió- Tu mamá!
- ¡Fue sin intención!- Grite pálido por la cólera.
- Claaaaro, que coincidencia, justamente ¡tu! – chillo
¿Por qué discutimos ahora? Ya ni lo recuerdo.
-¡No te soporto!- Agito ambas manos en el aire fastidiada.
- ¡Me alegro de que el sentimiento sea mutuo!- respondí y elevo ambas manos al cielo como rogando que me callara.
-A callar señor kiwi- Chillo, siempre ella teniendo la ultima palabra, no se puede quedar en silencio.
Tres días después, las cosas entre Leila y yo no han mejorado… Y Gordon me tortura hasta que los oídos me sangren hablándome de ella… Lo único que me alegra es el turismo, fuimos a ver la estatua de la madre patria y el museo de la segunda guerra mundial, también al museo de arte moderno Pinchuk Art Centre.
Un día más e iremos a Chenobyl…
Salí de mi habitación y en el pasillo del hotel me encontré con Leila.
-Imbécil- Saludo afónica.
- Creída- Correspondí también con voz ronca y rasposa
Ahora que no podemos gritarnos porque perderíamos totalmente la voz, nos limitamos a mirarnos de forma asesina. Finalmente, ella empezó a caminar por el estrecho y largo pasillo hacia la salida… Yo la mire… Cojea de un pie… No lo había notado…
Llego la noche, me tire en la cama luego de ponerme el pijama y a los pocos segundos me encontré dormido… mañana vamos a Chernobyl y tengo que descansar… Además de que tengo que planear bien con Gordon como nos separaremos del grupo…